¡Me matan limón!
La reciente visita del presidente Mauricio Macri a los Estados Unidos, puso al desnudo la verdadera matriz dependiente y semi colonial de nuestro modelo económico, así como las intenciones represivas del actual gobierno.
Dame un limón:
La frase de Trump resonó por las redes sociales generando cierto desconcierto: “yo le hablaré de Corea y Macri me hablará de limones” dicen que dijo el primer mandatario estadounidense al ser interrogado acerca de su encuentro con el presidente argentino. Probablemente, más de uno habrá dudado de la veracidad de la frase, creyendo o queriendo creer que se trataba de una de las tantas noticias falsas que andan circulando por ahí. Pero no. La frase realmente había existido y, en breve, fue repetida por casi todos los medios “serios”. Enseguida hubo quien buscó edulcorarla mostrando que, más allá del tono brutalmente sarcástico, expresaba la visión pragmática y realista de nuestro presidente, que lejos de perderse en discursos ideológicos ha buscado, en la reciente gira, lograr lo mejor para el país (el periodista, Sergio Crivelli, en su nota del 01/05 pasado, en el diario La Prensa, es un buen exponente de esto). Otros directamente hicieron leña del árbol caído. Lo cierto es que el único logro de los objetivos que el gobierno argentino tenía en agenda fue ese: conseguir que los limones trepen el muro y lleguen a tierras norteamericanas. El otro, el de lograr levantar los aranceles norteamericanos a la importación de biodiesel argentino, quedó apenas en un “veremos”. En términos del ministro Cabrera, “la exportación del cítrico a Estados Unidos representará para la Argentina ingresos de entre 20 y 50 millones de dólares por año”(Telam 28/04), una cifra exigua si analizamos los montos que se manejan, a nivel anual, en la balanza comercial. Pero eso no sería problema, si no hubiese nada a cambio. El tema es que sí. Algo hay a cambio.

Apenas concluidas las reuniones, un miembro de la comitiva argentina, confirmó que se llegó a un acuerdo para trabajar en conjunto con agentes norteamericanos desde la AFI, con la participación de Patricia Bullrich, “les hemos pedido ayuda, créditos, tecnología, capacitación para que nos apoyen en esos temas” (La Nación, 28/4), en referencia a acuerdos en seguridad y compra de armamentos. El reciente escándalo que terminó con la renuncia de Martín Lousteau, al frente de la embajada argentina en Washington, parece a fin de cuentas tener su constatación en estas declaraciones.
Lejos de tratarse de una donación, y si bien aún no hay cifras exactas, la venta de armamentos norteamericanos, es todo un logro para la gestión Trump. Más aún, considerando la avanzada rusa y china en la región. Aunque se trate de una supuesta inversión en materia de seguridad, se infiere que el verdadero propósito detrás de este acuerdo, es el de disponer de una serie de recursos abocados a la represión de la protesta social. En la compra existirían, entre otras, tanquetas antipiquetes, y armas eléctricas “taser”. Todas estas, herramientas a tono con el protocolo anti piquetes, y el proyecto de ley que restringe y endurece las penas contra los manifestantes.
Por otra parte, “se anunció la rebaja del arancel para importar equipos usados para la extracción de gas y petróleo. Fue un anuncio dirigido, casi podría decirse, al mundo petrolero del estado de Texas: allí están radicadas las empresas especializadas en gas y petróleo no convencional -el mismo que anida en las rocas de Vaca Muerta- y hoy ese sector tiene la mitad de su equipamiento ocioso. El arancel pasará de 35% a 7%” (Clarín, 28/4). Como puede verse, a la ya vergonzante entrega de Vaca Muerta que el gobierno anterior le hizo, a través de un contrato secreto, a la empresa Chevrón, el gobierno actual le ofrece ventajas inmejorables a las empresas norteamericanas, para la explotación y saqueo de nuestros recursos gasíferos, a través de acuerdos leoninos y semi coloniales.

Las promesas hechas otra vez:
Quizás, desde el regreso de la democracia, ningún gobierno ha llevado tan lejos la vieja idea liberal de que el país sólo podrá desarrollarse y crecer a través de la explotación y exportación de sus productos primarios. El sueño oligárquico del país estancia, es por momentos exaltado y llevado a su máxima expresión. Lo cierto es que, más allá de las críticas y de las fácilmente demostrables falencias que aquel modelo tuvo, la realidad de este siglo dista demasiado de aquella “belle epoque” oligárquica. La entrada de divisas que la exportación de cereales y carnes redituaba al país en aquellos años, es incomparablemente mayor respecto de la que pueden aportar los limones o productos similares en la actualidad. Como una caricatura de aquellos mandatarios conservadores argentinos que se comportaban como “gobernadores generales” al servicio de la corona británica, el actual es apenas un pequeño bufón de la corte imperial norteamericana. Las promesas de desarrollo a través de la más abyecta y completa sumisión al capital transnacional y extractivista, sólo pueden estrellarse contra la cruda realidad de un país para pocos, manejado por una élite opulenta. Y como se sabe, tal situación sólo puede sostenerse con más represión y un constante disciplinamiento. Los acuerdos alcanzados en la última gira lo demuestran.
¡Me matan limón!
Reviewed by AZULADO
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5/30/2017 12:07:00 p.m.
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