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La polarización, una trampa difícil de saltear


El relato del oficialismo y los dispositivos ideológicos que les permiten sostener ciertos consensos sociales.

Llama la atención cómo opera en la sociedad un discurso político que, pese a perjudicar a distintos sectores, estos siguen acompañando al gobierno.

   El Pro intenta despegarse de la política tradicional mostrándose inexperto, no porque lo sea. En realidad, salvo los CEOs que incorporaron cuando arribaron al poder, el resto, son funcionarios de larga data.

   La inexperiencia y la corrección de las políticas tienen un límite en la aprobación de la sociedad.

   El partido de gobierno hace esto porque tiene claro que la crisis de representación abierta en el 2001 nunca se cerró.

   ¿Cuáles son los dispositivos ideológicos que permiten sostener el consenso con un sector de la población?

  Son trabajadores que pierden con la inflación como el resto, que pagan las tarifas de luz, gas y agua como todos y sin embargo ven con buenos ojos al gobierno que los ajusta. 

 

La Polarización, la corrupción y la hegemonía en los medios

La herencia y la polarización pareciera ser un camino más firme. Por ahora sigue dando rédito frente a una realidad cada vez más pesimista (tarifazo, despidos, inflación,etc) el gobierno logra sostener con su relato el acompañamiento de una porción importante de la sociedad.

   Hay un sector antiperonista y antikirchnerista, vinculados al pensamiento conservador, tradicional y reaccionario, que rechaza todo lo que esté vinculado a cualquier progreso o beneficio que tengan los de abajo.

   Otro sector que no es Macrista, ni de derecha, ni liberal sino que su acercamiento al macrismo es porque no quieren que vuelva el kirchenrismo.

   Como en los últimos años, cualquier crítica al gobierno es tomada a favor del otro. Es una trampa difícil de saltear, ninguno de los dos son opciones de progreso para las mayorías. La prueba de esto es que la dirección kirchnerista nos llevó a mal puerto. Hoy nos gobierna un facción que siempre fue marginal en nuestra historia y su única opción de gobernar era a través de golpes de Estado.

   Lo más importante de la polarización es que no permite que florezcan otras opciones y por eso sus protagonistas están tan interesados en mantener ese esquema.

   El macrismo también construye a su enemigo. El planero, el vago, el gremialismo, el piquetero, el pobre, el chorro, las maestras, el empleado público, vistos como parásitos de una sociedad en la que ellos solos aportan, y estos otros son un obstáculo para el desarrollo del país.

   El repudio a la corrupción también opera como un elemento de cohesión. Los hechos de corrupción más notables de los últimos 30 años de democracia han sido encabezados por el peronismo.

   No es que los otros no roben pero con el peronismo no hablamos de casos aislados como el de López con los bolsos, o el tráfico de armas de Menem, o Boudou con Ciccone. Hablamos de una praxis.

   Todos saben o piensan que en cualquier obra pública y gestión, hay sobreprecio, o algún beneficio personal en juego. La conclusión es que todos roban.

   Razones sobran, el manto de sospecha recae a partir de la experiencia concreta que venimos teniendo en los últimos años. Funcionarios que multiplican sus patrimonios a partir de la función pública y viven como verdaderos magnates.

   Es interesante señalar que durante el kirchnerismo se minimizaban estos hechos. Incluso se reivindicaba la figura del puntero que no es más ni menos quien protagoniza la movilización y organización del aparato político y se beneficia a partir del manejo de recursos, con el cual controla a su tropa.

   Además, opera en el sentido común la idea que los empresarios, al dedicarse a la actividad privada,es lícito que se enriquezcan, aún estafando al fisco.

  Todo esto hace que el macrismo tome como bandera la honestidad y que un sector de la población lo compre. Por eso el oficialismo le da tanta importancia a la figura de Carrio como “fiscal de la nación”.

   El gobierno también necesita de los medios para imponer su relato a la sociedad. Los nuevos 6,7,8 son más efectivos y creíbles, no le hablan a la militancia propia, se dirigen a toda la población. No dicen que son macristas, se presentan como neutrales.

   Salvo algún sector del periodismo militante que se mantiene independiente, el resto, o cerró con el gobierno o sigue su estrategia de polarizar.

   Por otro lado, los referentes del kirchnerismo son “espantavotos”. Aníbal Fernández, Boudeau, D’Elia, Berni, Moreno, y la lista de los impresentables puede seguir. Los que tienen mejor “imagen” como Randazzo o Scioli se despegan del riñón puro. Esto le permite al macrismo cohesionarse para oponerse a esas figuras.

  La política tiene un límite y cuando la realidad económica se impone, ya no como un pronóstico de las consecuencias lógicas de las medidas económicas sino con un determinante del nivel de vida de nuestras familias, las opiniones políticas cambian.

   No es posible pronosticar cuándo sucederá esto pero más temprano que tarde el gobierno irá perdiendo progresivamente el apoyo con el que cuenta hoy y será difícil que se produzcan movilizaciones como las del 1A.

  Además se viene en el corto plazo realidades como pagar el gas con el consumo de invierno, la actualización del tipo de cambio que los exportadores exigen, etc.El ajuste se va comiendo el excedente que se llevaba el consumo superfluo y va llegando al consumo de primera necesidad. Lo que rápidamente actuará en el humor social.

  Es importante que surjan alternativas que rompan la polarización, para que la sociedad empiece a visibilizar una salida a la trampa del bipartidismo y podamos hacer experiencia con otras opciones políticas que lleven adelante las reivindicaciones de los trabajadores y las mayorías populares.
La polarización, una trampa difícil de saltear La polarización, una trampa difícil de saltear Reviewed by AZULADO on 5/31/2017 02:14:00 p.m. Rating: 5

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