Caso Maldonado: cuándo la mentira es la “verdad”
En los últimos tiempos se ha puesto de moda el concepto de “posverdad”, para referirse, en términos políticos, a aquellos hechos que son manipulados, por gobernantes o miembros de la dirigencia política, a través de la apelación a sentimientos y emociones compartidos por las mayorías. Este concepto que no trae nada novedoso en el análisis de prácticas y formas de manipulación que son tan viejas como la política misma, no obstante es útil para describir lo que ha venido ocurriendo en estos últimos cuarenta días desde que Santiago Maldonado fue visto por última vez.
Si bien los testimonios de los manifestantes, y las pruebas que fueron aportando, desde el inicio, dejaban entrever que el principal sospechoso de la desaparición era la Gendarmería, encargada del desalojo y la represión a los miembros del territorio Mapuche de PU-Lof en Resistencia, en Cushamen, provincia de Chubut. El gobierno rápidamente desplegó la hipótesis de que Santiago no había estado allí aquel día lo que le dio aire, a la fuerza represiva, para ocultar pruebas y borrar huellas. Al instante, los principales medios replicaron esta “hipótesis” como “verdad”, y la difundieron acompañada de una campaña agresiva contra el pueblo mapuche en general. Con el correr de los días, incluso, deslizaron testimonios falsos, como el del camionero que lo habría llevado en Entre Ríos o una filmación de una cámara de seguridad.
La operación mediática-gubernamental, fue tan inverosímil, que fue perdiendo fuerza, a medida que crecía el descontento y la angustia de familiares y de un vasto sector de la sociedad, que pedía por su aparición cada vez con más firmeza. Esto fue dando paso a nuevas hipótesis, todas ellas falsas, que buscaban encubrir a Gendarmería para así ganar tiempo y desviar la atención. En todos los casos, fueron tomadas nuevamente como “ciertas” por los medios hegemónicos, como la del cuerpo encontrado en el río Chubut, el acuchillamiento por parte del puestero de una estancia del magnate Benetton, o incluso hasta la ridícula hipótesis del “sacrificio” y el pase a la clandestinidad.
También, en todo este tiempo, la propia ministra Patricia Bullrich, evitó comprometer a su jefe de gabinete de seguridad, Pablo Nocetti, como responsable de la represión de aquel día. Este personaje nefasto, que porta el triste lastre de haber sido abogado defensor de Etchecolatz en el juicio en el que se da la desaparición de Jorge Julio López, habría estado en el lugar “de casualidad” según la ministra, lo que fue desmentido por un audio de una radio a través de declaraciones del propio Nocetti.
El nivel de encubrimiento fue tan bochornoso, que no pudo eclipsar el descontento de miles que no creímos en ninguno de estos argumentos, y que de forma persistente continuamos responsabilizando al único responsable de la desaparición: el Estado Nacional. Y nuestra persistencia parece haber rendido sus frutos.
En estos últimos días, el secretario de derechos humanos Claudio Avruj, reconoció por primera vez, que el principal sospechoso de la desaparición es la Gendarmería, y casi al unísono, varios medios, emprendieron una suerte de tibio sinceramiento. También el fiscal Federico Delgado, llevó a cabo una denuncia penal contra el gobierno por “encubrimiento”, lo que implica un avance en la causa. La verdad, lentamente, pareciera despuntar, gracias a la lucha militante de los propios familiares y de organizaciones políticas y de derechos humanos. Pero los días pasan, Santiago sigue sin aparecer y la Gendarmería ya tuvo tiempo de sobra para ocultar y manipular su accionar.
Resulta muy claro que, en tiempos de “posverdades”, la lucha por la verdad es una obligación moral para cada persona que pretende luchar contra las injusticias y la podredumbre corrupta de éste sistema. Hoy más que nunca viene bien traer a la luz las palabras de Abraham Lincoln, para recordar siempre que, a pesar de toda la manipulación estatal y mediática: “Se puede engañar a todo el mundo algún tiempo…se puede engañar a algunos todo el tiempo…pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo”.
Caso Maldonado: cuándo la mentira es la “verdad”
Reviewed by AZULADO
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9/10/2017 08:30:00 a.m.
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