Cuando el presente es de Temer
A un año del impeachment realizado contra Dilma Rouseff que terminó con su salida al frente del ejecutivo brasileño, los escándalos por corrupción continúan en el vecino país, e involucran de manera directa al actual mandatario Michel Temer.
Quizás muchos de los senadores y diputados que sentenciaron el final del gobierno de Dilma Rouseff aquel 31 de agosto del año anterior, jurando por la familia, por la propiedad, contra el comunismo y por la memoria de los militares de la última dictadura brasileña, jamás imaginaron que su cuarto de hora se licuaría con tanta rapidez. Es que, en la mayoría de los casos, empezando por quien quedó como su representante en el ejecutivo, formaban parte del mismo escándalo que utilizaron para llevar adelante el impeachment. Muchos de ellos, junto a los más poderosos empresarios del país, están involucrados como copartícipes de la malversación de fondos públicos y coimas surgidas alrededor de la empresa Petrobras, lo que es investigado por la policía federal brasileña en lo que se ha dado a conocer como operación Lava Jato (autolavado).

Al cierre de ésta edición, ha circulado un audio que involucra directamente al presidente Michel Temer en el que se lo puede escuchar en una charla junto al empresario Joesley Batista, dueño del frigorífico JBS, el más grande de Brasil, consintiendo e incentivando el pago de coimas, a cambio de silencio, para el diputado Eduardo Cunha y el operador Lúcio Funaro, quienes actualmente están en prisión. La grabación, que fue difundida por la Red O Globo, desató la indignación de millones de brasileños que rápidamente salieron a las calles a pedir la destitución del presidente. No obstante, este último, a pesar de la contundencia de las pruebas, ya aclaró que no piensa renunciar, profundizando aún más la grave crisis política que atraviesa el país.
Lo que acontece en el gigante vecino es probablemente la versión más brutal de la decadencia generalizada del capitalismo de nuestros días. Todo un entramado de corrupción y degradación institucional llevado a cabo por la unión de políticos y empresarios cuyo único objetivo es el enriquecimiento personal y el saqueo de recursos que son patrimonio de todxs. El discurso anti corrupción que esgrimen las elites para sacarse de encima gobiernos que ya no son de su agrado, además de hipócrita e irritante, es insostenible ante la contundencia de la realidad. La crisis política que esto desata se transforma así en parte de la normalidad del sistema. Que se convierta en crisis de hegemonía pareciera ser sólo cuestión de tiempo.
Quizás muchos de los senadores y diputados que sentenciaron el final del gobierno de Dilma Rouseff aquel 31 de agosto del año anterior, jurando por la familia, por la propiedad, contra el comunismo y por la memoria de los militares de la última dictadura brasileña, jamás imaginaron que su cuarto de hora se licuaría con tanta rapidez. Es que, en la mayoría de los casos, empezando por quien quedó como su representante en el ejecutivo, formaban parte del mismo escándalo que utilizaron para llevar adelante el impeachment. Muchos de ellos, junto a los más poderosos empresarios del país, están involucrados como copartícipes de la malversación de fondos públicos y coimas surgidas alrededor de la empresa Petrobras, lo que es investigado por la policía federal brasileña en lo que se ha dado a conocer como operación Lava Jato (autolavado).

Al cierre de ésta edición, ha circulado un audio que involucra directamente al presidente Michel Temer en el que se lo puede escuchar en una charla junto al empresario Joesley Batista, dueño del frigorífico JBS, el más grande de Brasil, consintiendo e incentivando el pago de coimas, a cambio de silencio, para el diputado Eduardo Cunha y el operador Lúcio Funaro, quienes actualmente están en prisión. La grabación, que fue difundida por la Red O Globo, desató la indignación de millones de brasileños que rápidamente salieron a las calles a pedir la destitución del presidente. No obstante, este último, a pesar de la contundencia de las pruebas, ya aclaró que no piensa renunciar, profundizando aún más la grave crisis política que atraviesa el país.
Lo que acontece en el gigante vecino es probablemente la versión más brutal de la decadencia generalizada del capitalismo de nuestros días. Todo un entramado de corrupción y degradación institucional llevado a cabo por la unión de políticos y empresarios cuyo único objetivo es el enriquecimiento personal y el saqueo de recursos que son patrimonio de todxs. El discurso anti corrupción que esgrimen las elites para sacarse de encima gobiernos que ya no son de su agrado, además de hipócrita e irritante, es insostenible ante la contundencia de la realidad. La crisis política que esto desata se transforma así en parte de la normalidad del sistema. Que se convierta en crisis de hegemonía pareciera ser sólo cuestión de tiempo.
Cuando el presente es de Temer
Reviewed by AZULADO
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5/27/2017 11:30:00 a.m.
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