Debates hacia el Encuentro Nacional de Mujeres
La construcción de los géneros y definiciones importantes a la hora de encarar el fin de la dominación
Toda la historia de la humanidad, hasta ahora, es la historia de la lucha de clases. Esta frase de Marx resume el espíritu general de esta nota y de nuestros pensamientos. Es un piso de acuerdo para conversar sobre las diferentes opresiones que se repiten sistemáticamente en el marco de una opresión más grande: la capitalista.
El debate sobre si hablar de capitalismo es suficiente para englobar todas las formas de opresión está siempre abierto. Algunas corrientes plantean que es importante hablar de capitalismo patriarcal, por ejemplo, para referirnos a la opresión del hombre por el hombre y del hombre hacia la mujer.
Como plantea Joan Scott, el género en sí mismo ya es una categoría de poder, una manera primaria de significar las relaciones de poder.
Así como sucede con las razas, el género es una construcción simbólica sobre las diferencias que esgrime que alguien es inferior a otro.
A lo largo de la historia de luchas por la emancipación femenina, terminamos descubriendo que el género no es binario ni tampoco inocente. La primacía que ejerce el hombre es parte de un conglomerado de acciones y pensamientos que generan condiciones para el control de los recursos materiales y simbólicos de la población.
Ese hombre no es cualquier hombre. Es occidental, blanco, alto, fibroso, con empleo, con guita, con auto y viril.
El resto de los hombres, o sea los mortales, construyen poder a partir de ese imaginario; y someten a sus madres, esposas, hermanas, hijas, compañeras de trabajo y afines a un sistema de dominación capaz de matar por sobrevivir.
Las mujeres, ese género oprimido, no son sólo mujeres. Son todas aquellas personas que están fuera de la norma, las que no son el hombre ideal. Es por eso que la violencia no se ejerce sólo sobre géneros, sino también sobre sus condiciones de clases.
La posición en la que te encuentres dentro de la estructura social es sostenida por una forma unilateral de decisiones donde algunos van a quedarse con lo que es de todos.
Ahora bien, una vez aclarado que hablar de género es hablar de dominación, a la vez que oculta matices cuando se la polariza (hombre/mujer), debemos pasar a preguntarnos ¿acaso no hay mujeres que explotan a otras mujeres?
Es cierto, el género en sí mismo no da impunidad ni mucho menos. Lo que aparece cuando una mujer somete a otra es la otra cara de la dominación, la que ordena todo (o mejor dicho desordena), y es el capitalismo. Mujeres que escriben libros y luchan por ser Borges y Cortázar, artistas plásticas que sueñan con ser Picasso, mientras otra mujer les limpia la casa, y que además ni pensaron en contratar un hombre para dicha tarea.
Con esto no queremos perder de vista que la inclusión de la lucha por la igualdad de géneros abrió horizontes casi inexplorados hasta los años 70, y permitió ampliar más la visión de poder y revolución.
Una organización que no tiene vigilancia sobre la perspectiva de género probablemente construya bajo los parámetros del machismo y la desigualdad (y más temprano que tarde deje de ser revolucionaria).
Tampoco queremos perfumes y color de rosas. Que podamos votar y ser electas es similar a la conquista histórica de la jornada de 8hs., es decir, concesiones que el capitalismo puede absorber.
¿De qué mujeres permite que hablemos el capitalismo? Porque el feminismo es más que Frida Kalho (que era una genia). Las mujeres kurdas por ejemplo son el “antiestereotipo” o las “antiprincesas”. Armadas y dispuestas a matar, las mujeres kurdas luchan contra un sistema de opresión cultural como es el musulmán y contra un grupo terrorista de los más temidos en el mundo. Pero no las compartimos por Facebook.
Participar del Encuentro Nacional de Mujeres es otra oportunidad de vernos a los ojos, de sentir que no estamos solas, y que vamos por más. También es la posibilidad de conocer las diferentes opiniones, aquellas más cercanas a terminar con la opresión del hombre y aquellas que están gestadas al calor de acabar con la dominación global, la que mata a nuestros hijos, contamina nuestras tierras y explota nuestro tiempo y cuerpos.
Vamos a Rosario cansadas de trabajar toda la semana, superando la mirada de la familia por dejar a nuestros niños y hasta tuvimos que costear nuestra comida y transporte. Pero sabiendo que esto recién empieza. Que vamos por todo y que volveremos más revueltas, más hermanadas y más decididas.
Debates hacia el Encuentro Nacional de Mujeres
Reviewed by AZULADO
on
10/02/2016 03:51:00 p.m.
Rating:

Comentá